El territorio es un valor estratégico de una nación; su gestión sostenible y puesta en valor como lugar ideal donde armonizar e integrar las políticas económicas, sociales y ambientales, debe ser un objetivo común de España y de cada una de sus Administraciones regionales y locales. Si a lo anterior añadimos la necesidad de caminar hacia nuevos modelos de gestión pública, habremos de añadir un cuarto pilar sobre el que construir y desarrollar territorios sostenibles. Y es que la sostenibilidad exige una reforma en nuestras instituciones tendentes hacia nuevas formas de gestión pública compartida, que apueste por la eficiente coordinación institucional entre las diferentes administraciones y de éstas con la sociedad civil, que fomente la participación social y el despliegue de iniciativas de cooperación público privadas. Todo ello con la finalidad última de llevar a cabo una adecuada gestión sostenible de nuestras ciudades.