El grupo utiliza la termografía como un índice psicofisiológico. Se utiliza la prueba de estrés de frío para la evaluación del sistema nervioso autónomo, también para la detección de zonas de dolor, marcadores de fibromialgia, detección temprana de problemas neurológicos asociados con la regulación de la temperatura en Esclerosis Múltiple, Parkinson, Diabetes…Para valorar la recuperación de lesiones en deporte. Desde la psicología, se utiliza la termografía como marcador somático de emociones o sentimientos (huella térmica de la tristeza, de la alegría, del amor, de la contemplación, de la mentira, del esfuerzo cognitivo o carga mental, de la ansiedad, de la toma de decisiones en situaciones de juego (tipo poker) o de la emoción en la danza (el Flamenco, el ballet clásico…).